En contra de todo lo que dijo la prensa de él y la masa de enemigos que acumuló en su vida, hay que subrayar que tuvo motivos para hacer lo que hizo. Lo que no sacaron en los medios y la policía prefirió encubrir, es que también pudo elegir no hacerlo.
Lo hizo de todos modos y fue la mejor elección.
Todos los asesinatos se cometieron en la misma ciudad.
Arden. Ciudad vecina de Cuerna, en la zona más boscosa y fría del norte de España. Cuando todo terminó y los habitantes de Arden dejaron de tener miedo, la Policía encontró singulares tesoros que el asesino acumuló en su estudio.
Algunos morbosos periodistas locales y de Cuerna encontraron restos humanos dispuestos de forma similar entre sus obras y un esfuerzo artístico en el empleo de la sangre y otros residuos humanos, imitando en ocasiones a otros artistas.
Y esto nos lleva a lo que no podemos negar ni desmentir.
Fue él. Siempre fue él.
Sé bien que han tratado de hundirle y humillarle como a un pobre animal, y también de ensalzar su obra y toda su vida de forma inmerecida como la de un Dios o un mesías, pero lo único que está claro después de todo es que siempre fue él.
Y siempre fue consciente de ello.
Yes, pudo elegir.
Como he mencionado antes, tuvo motivos para hacer todo lo que hizo.
Cuando llegó a Arden, solo era alguien más con ganas de hacer cosas grandes. De construir su propio futuro.
Entre sus aspiraciones de soñador artístico, solo quería contar con un estudio propio, seguir creando, siempre creando.
Eso era todo lo que quería.
El problema fue…
Okay, eso es lo que voy a intentar contarte, ¿no?
Antes de que terminara el primer año había matado a cuatro personas.
Cuando el monstruo empezó a entenderlo todo, ya era demasiado tarde.
La única solución era que el siguiente en su larga lista de la muerte fuera él mismo.
Fue difícil tomar esa decisión.
Y ojalá hubiera elegido bien.
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