Princesa o Guerrera

PRINCESA O GUERRERA

Naces. Eres una hermosa niñita de ojos claros y piel rojiza. Sin ningún esfuerzo, te conviertes en la princesita de papá, de mamá y de todo tu entorno. Y, de manera inconsciente, durante muchos años, cargas una bonita corona sobre tu cabeza que te acompaña allá donde vas, sintiéndote la persona más querida, afortunada y feliz del mundo.
Pero, un día, sin saber por qué, sientes esa presión social que afirma que las niñas no deben ser princesas, sino guerreras. Que así sea, piensas. No entiendes por qué y, seguramente, no sabes cómo hacerlo. Pero tranquila, que ya de eso se encarga la vida. De repente, un golpe tras otro hacen que esa bonita corona se esfume para dar paso a un gran escudo y una armadura que, a ciencia cierta, pesa tres veces más que tú. Poco a poco, te conviertes en esa guerrera que todos esperaban. Eres una mujer fuerte, valiente e independiente. Incluso, finges odiar a las princesas y, de vez en cuando, te escuchas a ti misma decir eso de que no necesitas la ayuda de ningún príncipe para ser feliz. Y si, probablemente, no te va tan mal. Pero un día, sin poder remediarlo, te das cuenta de que algo no va bien. Echas de menos algo, algo que no sabes qué es. Te has convertido en una persona demasiado fría y hasta un poco calculadora. Ya no sigues a tu corazón ni te dejas llevar por tu intuición, esa que tantas veces te ha ayudado, y sólo escuchas esa parte de ti que no deja de dar órdenes de forma automática sobre como debes actuar. Y, desgraciadamente, no te gusta lo que ves y mucho menos como te sientes. Así que, sin saber muy bien por qué, empiezas a echar de menos a esa princesa sensible y delicada. Esa princesa humana que, sin saberlo, ya era fuerte, valiente e independiente. Y es, en ese preciso momento, cuando empiezas a plantearte esta maravillosa cuestión que, irremediablemente, te acompañará el resto de tu vida. ¿Princesa o guerrera? Seguramente, te preguntarás por qué, aunque muy pronto hallarás la respuesta, descubriendo que es más simple de lo que parece. Tan simple e involuntario como fue el hecho de haber nacido con una vagina entre las piernas. Sí, aunque parezca increíble, este hecho hace que, al menos una vez en la vida, tengas este tipo de duda.
No te agobies, te llevará un tiempo tomar una decisión, obvio. Eres totalmente libre de tomar la tuya. Aunque, si me permites amiga mía, te diré que si algo positivo he aprendido en esta vida es lo bonito que es renunciar a estar todo el día con el escudo en alto y la pistola cargada, de la misma manera que es fascinante negarte a cargar de por vida una corona sobre tu perfecta cabeza. Así que, seamos inteligentes, ¿por qué autoobligarnos a elegir si nacimos con el súper poder de ser Princesas Guerreras?

Escrito por: Sonia Ávila Amezcua /Sonia Avam /@sonia0506

 

 

1 Comment

  1. Lunatica39 17 noviembre, 2020 at 1:31 pm

    Sí. Seamos princesas y guerreras!! Me gustó mucho la reflexión. Un saludo

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