Vagones de metro pútridos con personas vacías.
Vacías de amor hacia una época.
Época transformada en un desánimo presente.
Presente que solo tiene como objetivo prevalecer.
Prevalecer ante los pobres de espíritu.
Espíritu que se pierde en los andenes hacia ningún lugar.
*Querido lector de Incoherencias, te invito a visitar mi rincón secreto: anadeseria.com (Un bazar de deseos que aún no han sido anhelados por nadie.)