el sim no sim

Que pagaría y que sería pronto, le había dicho al casero. Se había estado gastado el dinero, estaba preocupado. Entró al departamento y fue hasta el cuarto pisando los papeles en el suelo. Se echó en la cama, la pantalla ya estaba prendida, tomó el mando y condujo el auto hasta el banco, donde revisó su cuenta. Suspiró aliviado, tenía dinero de sobra.

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